Hace ya mucho tiempo que Stella McCartney dejó de ser la chica de moda, lo que todo el mundo entendió al principio como el capricho de una niña rica, se ha convertido en una de las propuestas con más éxito de los últimos años. Un logro conseguido no a base de "celebrities" -aunque algunas como Madonna la prefieran a menudo-, sino a base de que muchas mujeres la eligen para su vida diaria. Pues eso es lo mejor de su trabajo, aunque sus propuestas más sofisticadas también son muy interesantes. Siendo una diseñadora con un estilo tan llevable es sorprendente como cambia de registro cada temporada. No podemos decir que sea minimal, ni tan sólo sobria. Su ropa es sencilla, no hay duda que entiende la moda sin complicaciones -sólo hay que verla a ella misma-, pero no escatima en colores, estampados, patrones muy estudiados y mezclas audaces de colores. La colección de invierno reúne todas estas ideas en su nueva y bonita tienda de Barcelona, además de ofrecer la graciosa colección para niños y su nuevo perfume L.I.L.Y. El fascinante buen gusto inglés se muestra en este espacio cálido y moderno que la propia Stella inauguró recientemente con una divertida fiesta.