La experiencia de cenar en Fiskebar es como cenar en un amarre flotante en el Port Vell, en un barco inmóvil rodeado de agua. Con vistas a las fachadas de los edificios que bordean el Moll de la Fusta y hacia arriba, hacia Monjuïc. El espacio se eleva sobre el puerto de la ciudad en la primera planta con una decoración interior que cobra vida con los reflejos del Mediterráneo cuando el sol lo golpea en diferentes momentos del día. Ubicado en el mismo edificio que el Real Club Náutico, la arquitectura de estilo racionalista se complementa con un impecable proyecto de interiorismo que se organiza en torno a una cocina y una barra de planta abierta. Los comensales pueden elegir entre la coctelería FIS K BAR interior o exterior en una de las terrazas más espectaculares de Barcelona.