El otoño es una muy buena época para estar al aire libre en Barcelona, ​​mientras que los últimos calores del verano se escapan con cada página del calendario, las sombras más pronunciadas, la brisa cálida y las últimas floraciones generan una gama de colores vibrantes haciendo de los jardines el lugar perfecto para socializar, comer o cenar; no demasiado cálido, tampoco demasiado frío. Embriagados con los olores de las flores y la hierba cortada (el condimento perfecto para la cocina otoñal o para un cóctel), la naturaleza está en su punto más espectacular justo antes de que el invierno trae un nuevo ciclo a su fin. La tendencia de estirar el verano hasta bien entrado el otoño es una oportunidad ideal para investigar estos jardines (ya sea para almorzar, cenar o beber algo), que se encuentran en su punto óptimo hasta bien entrado noviembre.