Si Nina Simone fue la High Priestess of Soul, Erykah Badu representa esa categoría para el R&B, o Neo Soul, o como se le quiera llamar a esa mágica mixtura de ritmos negros que esta texana de 48 años nos viene brindando desde 1997. En ese año editó su debut “Baduizm”, y por aquella época algunos quisimos verla como una continuación del estilo sedoso e hipnótico de Sade Adu, pero a lo largo de sus más de 20 años de carrera ha demostrado una versatilidad asombrosa, donde casi ningún género de la música de color le resulta ajeno. Si pensamos en artistas actuales como Janelle Monaé o Solange Knowles (que también visitarán el festival), es imposible no acordarse de Erykah: su obra está muy viva en las nuevas generaciones y sigue evolucionando, mutando, y con la promesa en el aire de un nuevo álbum a ser editado en este año.