Blue se compone de un solo fotograma de color azul; el azul ultramar creado por el artista francés Yves Klein. Frente a esa luz, el espectador se siente rodeado, atrapado y se imagina movimientos, formas que se encuentran y se distancian. A través de un elemento fijo y primario, el film invita a soñar, a proyectar una fantasía personal sobre la superficie azul.

En The Blue Room un espacio azul sustituye a la pantalla monocromática de Blue, mientras dos artistas crean su propia interpretación de la película. Moreno Bernardi utiliza su cuerpo como lenguaje y Gigi Piscitelli su música.

Para completar la propuesta, Anna Mastrolitto de LiveSoundtracks y Bernardi pusieron en marcha un proyecto didáctico que reúne a los estudiantes del MEATS (Master in Ephemeral Architecture and Temporary Spaces) de Elisava, a alumnos de la ESDi (Escuela Superior de Diseño), y a un grupo de jóvenes profesionales del SAE Creative Media Institute Barcelona para construir, conjuntamente, un espacio onírico donde perderse y encontrarse.