En calidad de ser el cincuenta por ciento de la pareja más cool de la historia de la música francesa, Jane Birkin asumió también el estatus de viuda oficial de Serge Gainsbourg, convirtiéndose en albacea y difusora de la obra de su no marido (jamás se casaron) después de su muerte en 1991. Nunca ha parado de reversionar estos clásicos, y muchas veces los ha transformado, como la gira que hizo en el 2002 con una banda de músicos árabes que reinterpretaron el canon gainsbouresco. Para esta ocasión, y habiendo cumplido 70 años de edad, Jane decidió dotar de una paleta de colores de orquesta sinfónica de 50 músicos a las canciones que Serge compuso para ella, y para algunos otras canciones del catálogo del compositor. Teniendo en cuenta que algunas de esas canciones están basadas en melodías de Brahms (“Baby alone in Babylone”) o Chopin (“Jane B.”), el traslado a lo orquestal fue algo bastante natural, algo que estaba incluido en el ADN de esas piezas.