Si bien es más conocida entre el gran público por su interesante carrera como actriz, Charlotte Gainsbourg lleva en los genes la música de su padre Serge y de su madre Jane Birkin. El año pasado editó su cuarto y mejor disco como cantante: Rest.  Teniendo precisamente a uno de los más grandes de la música francesa de todos los tiempos como progenitor, su acercamiento al arte sonoro fue como intérprete, cantando las canciones que le compusieron para ella su padre, los Air, Jarvis Cocker y Beck, entre otros maestros del pop alternativo. En este nuevo disco se anima a componer y a escribir sus propias letras, que tiene un detonante trágico que fue el suicidio de su hermana mayor Kate Barry en el 2013. Ante la tragedia se puso a escribir de manera catártica, para expiar los fantasmas de la muerte temprana de un ser tan querido, y de paso también explorar que significó para ella la muerte del padre allá por 1991.