A finales del pasado año la galería Nogueras Blanchard abrió una nueve sede en Madrid, concretamente en Dr. Fourquet, una calle que, con la ubicación de otros espacios galerísticos puntales como Moisés Pérez de Albéniz, Maisterra Valbuena o García Galería, se ha convertido en un polo dinamizador del tejido del arte contemporáneo de la ciudad. La apertura de la sede madrileña conllevó un replanteamiento y una redimensión del espacio de Barcelona, que pasó a tener 30 m2 expositivos separados de la calle por tan sólo una cristalera. Álex Nogueras y Rebeca Blanchard, los dos directores de la galería, optaron en un primer momento por diseñar una programación conjunta en las dos sedes, exponiendo en Barcelona un único trabajo (a veces site-specific) del artista que al mismo tiempo exponía en Madrid. No del todo contentos con los resultados de este planteamiento -el principal inconveniente del cual era que la mayoría del público podía visitar tan sólo una de las dos sedes, y que la propuesta artística de Barcelona quedaba algo descontextualizada y medio subordinada a la referencia madrileña-, decidieron repensar la actividad del espacio de la calle Xuclà y programar un ciclo de exposiciones que funcionara autónomamente, que durara toda una temporada y que estuviera comisariado por un sólo agente.

El primer fruto de este replanteamiento es The Story Behind, un ciclo comisariado por Direlia Lazo –uno de los miembros del equipo de la galería–, que empezó el pasado mes de marzo y se prolongará hasta diciembre de 2013, y que ofrece exposiciones monográficas de una decena de artistas internacionales, tanto establecidos como emergentes. El ciclo parte de una reflexión sobre el papel que el relato o la narración adquieren en la mediación entre la obra de arte y su recepción, y sobre cómo gran parte de las propuestas artísticas contemporáneas requieren de una interpretación, de una explicación que desvele su sentido último. Es pues una propuesta que pone de manifiesto la importancia de las historias que preceden o rodean la obra, pero que al mismo tiempo señala la opacidad de muchos trabajos artísticos y su resistencia a la interpretación.

El ciclo se abrió con la exposicion Heliograms de Lisa Oppenheim (Nueva York, 1975), que tomaba como punto de partida una fotografía del sol realizada en 1876. Apropiándose y reinterpretando este material de archivo, Oppenheim hizo varias reproducciones de esta imagen y las expuso a la luz solar varias horas al día a lo largo de tres meses, escogiendo cada jornada una copia diferente. Debido a los cambios en la incidencia de los rayos de sol según el momento del día y del año, las imágenes se vieron alteradas por la luz solar de manera desigual, dando lugar a una variación cromática de tonalidades doradas más o menos oscuras. La propuesta construye una alusión poética al uso del oro como material foto-sensible en los albores de la técnica fotográfica, allá en la primera mitad del S.XIX, siendo a la vez una reflexión sobre el paso del tiempo y sobre la relación entre cambio y repetición, y entre original y variación.

La siguiente exposición del ciclo fue la de la artista chipriota Haris Epaminonda (1980, Nicosia), que en Untitled (Zebra) nos ofrecía un enigmático vídeo filmado originalmente en Super 8 en el que se veía a una zebra en un zoo, mirando a un lado y a otro en estado de alerta. La actitud de vigilancia del animal se contraponía aquí al estado contemplativo del visitante del zoo, al que la composición de plano aludía indirectamente, y a la del mismo espectador del vídeo, que reproducía su mismo ejercicio de observación. En este caso, la historia subyacente a la imagen (the story behind) quedaba abierta y sujeta a la interpretación del espectador, que como ante otros trabajos de la artista, carecía de referencias que le permitieran justificar un material visual que en una primera lectura puede parecer anecdótico o ambiguo.

Programar exposiciones en formato de ciclo anual y bajo una temática curatorial específica es un modo de proceder al que nos tienen acostumbrados espacios como la Sala d’Art Jove o el EspaiDos de Terrassa, pero que en cambio es bastante inusual para una galería comercial. No es, no obstante, la única iniciativa que Nogueras Blanchard plantea en esta dirección: su Open Call -una convocatoria anual de comisariado–, las Kitchen Talks –conversaciones de pequeño formato con artistas y comisarios-, o el proyecto Ref. 08001 comisariado en el 2010 por Juan Canela –el cual funcionaba a la vez como exposición y como libro de artista–, son ejemplos de un posicionamiento que busca ir más allá de la actividad propiamente comercial de una galería para convertirla en un agente dinamizador en el campo del arte y el pensamiento contemporáneos. The story behind proseguirá con las exposiciones de Tatiana Mesa (La Habana, 2007) y Francesco Arena (Torre Santa Susana, 1978) entre otros.