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La utopía es posible. ICSID, Eivissa, 1971
Del 14 al 16 de octubre de 1971 se celebró en Ibiza el VII Congreso del International Council of Societies of Industrial Design (ICSID), un evento concebido como punto de confluencia entre el diseño y las formas más experimentales del arte y la arquitectura. El congreso se convirtió en un banco de pruebas para estudiar la relación entre dichas prácticas y supuso una nueva forma de entender el diseño. Esta exposición rememora el evento y subraya las ideas que podemos extraer del mismo para nuestro tiempo, como la sostenibilidad, la participación, la solidaridad, las nuevas relaciones industria-sociedad y el papel liberador de la experiencia del arte. Este ejercicio de memoria está compuesto por material documental, fotografías y películas procedentes de varios archivos y del fondo del MACBA, así como de ejemplos de historia oral.
El ICSID de 1971 se celebró en la cala de Sant Miquel, lejos de las habituales sedes urbanas. Mientras el resto del país, aún bajo la dictadura de Franco, mostraba una imagen de represión, censura y falta de libertades, Ibiza constituía un entorno poco construido todavía. Desde los años treinta, intelectuales y artistas como Raoul Hausmann, Walter Benjamin y los arquitectos del GATCPAC ya se habían instalado en la isla. La vanguardia y el cosmopolitismo contrastaban con una cultura rural, muy permisiva, capaz de conciliar las diferencias estéticas y sociales.
El congreso estuvo organizado por iniciativa de la Agrupació de Disseny Industrial del Foment de les Arts Decoratives (ADI/FAD). Entre los miembros del equipo organizativo se encontraban André Ricard, Joan Antoni Blanc, Enric Tous, Ferran Freixa, Daniel Giralt-Miracle, Francesc Pernas y el Grupo Abierto de Diseño Urquinaona. El encuentro se estructuró a partir de salas de reuniones (en los dos hoteles de la cala) donde se llevaron a cabo presentaciones y discusiones sobre cuestiones de diseño, urbanismo, nuevas tecnologías y pensamiento. Entre las aportaciones fundamentales del congreso se encontraba la idea de que el diseño no sirve únicamente para producir determinados objetos, sino también para intervenir en los comportamientos.
Paralelamente se organizaron una serie de eventos que vinculaban el diseño a otros lenguajes. Uno de los más singulares fue la Instant City, un proyecto que se inscribía en las investigaciones sobre las posibilidades que ofrecían nuevos materiales como los plásticos hinchables. Si bien inicialmente esos materiales se habían aplicado a fines militares, en los años sesenta se adaptan a la vida cotidiana y al ocio. La Instant City se creó para facilitar alojamiento a los estudiantes que asistían al congreso. Carlos Ferrater y Fernando Bendito, entonces estudiantes de arquitectura, se constituyeron en el Comité Ad Hoc y redactaron, junto a Luis Racionero, el Manifiesto de la Instant City. El manifiesto, al cual se dio una amplia difusión internacional, hacía un llamamiento a la participación para construir una ciudad que se basaría en el trabajo como vehículo de comunicación. José Miguel de Prada Poole, profesor en la Universidad Politécnica de Madrid y especialista en arquitecturas hinchables, proporcionó los conocimientos técnicos para hacer posible el proyecto: una ciudad de plástico, efímera, basada en un sistema constructivo simple de figuras geométricas sencillas. Cilindros y esferas que se interconectaban y podían crecer según las necesidades. La tecnología se convertía en un instrumento liberador, al alcance de cualquier persona no experta. La Instant City rechazaba ideológicamente la ciudad como espacio que condiciona el comportamiento de sus habitantes. Asimismo reivindicaba el trabajo colectivo indisociable del ocio, como un modo de crear nuevas formas de convivencia basadas en la creatividad.
El congreso del ICSID en Eivissa dio voz a las distintas tendencias y generaciones del diseño, que ya se habían evidenciado en la década anterior con la escisión de la escuela Elisava y la creación de Eina, entre una visión que la acercaba a la industria y una concepción más humanística asociada al arte. El ICSID de Eivissa fue una experiencia de socialización, un ejemplo de cómo la energía del trabajo en común, la vitalidad, la reflexión intelectual y el ocio pueden ponerse al servicio de proyectos de diálogo, y de cómo pueden generar propuestas imaginativas que estructuren nuevos modelos de comportamiento. Tal y como dijo Prada Poole al hablar de la Instant City, el ICSID de Eivissa fue la constatación de que "la utopía es posible".
- Del 21 Junio al 20 Enero
- MACBA Museo d'Art Contemporani de Barcelona
- Plaça dels Àngels, 1 08001 Barcelona
- www.macba.cat