Partiendo de cuestiones habituales en su producción, como la exploración de la vida secreta de los objetos cotidianos, el trabajo más reciente de Eva Fàbregas (Barcelona, 1988) se aproxima al objeto de consumo como actor social por el que circulan nuestros deseos, afectos y emociones.

La artista ha transformado la sala en un espacio de experimentación sensorial y somática que se inspira en las culturas del bienestar y la relajación. Un tipo de spa donde se proporcionan experiencias y se inducen estados mentales. Imagina que eres un bloque de mantequilla deshaciéndose ―un ejercicio clásico de meditación― es el título de esta exposición, que aborda la sensualidad del objeto de consumo mediante una instalación inmersiva centrada en las nuevas formas de subjetividad que emergen de la cultura material.

El origen de la muestra se encuentra en el interés de Fàbregas por el modo en que la industria del marketing, a partir de los años 60, se apropia de determinadas técnicas como el psicodrama para descubrir los deseos inconscientes de los consumidores y diseñar productos dirigidos a segmentos específicos del mercado. A partir de esta premisa, despliega un conjunto de objetos relacionados con el confort que incluye almohadas de masaje, prótesis de silicona, espumas viscoelásticas, estructuras hinchables y pelotas sensoriales, entre otros. Todos estos materiales producidos en masa no solo movilizan deseos y afectos, sino que interpelan directamente al cuerpo del visitante, que casi es invitado a habitar las esculturas. La configuración del espacio se inspira en los elementos de aquellos centros, como balnearios o gimnasios, donde el bienestar es un producto que se consume a diario.

Un reproductor portátil con auriculares sirve para vincular los distintos elementos mediante una grabación sonora a medio camino entre la audioguía de un museo, la voz de un entrenador personal y la partitura de una performance que el visitante tiene que completar. La grabación propone una serie de experiencias de visualización que llevarán al espectador a fundirse con uno de los hinchables, convertirse en un chicle elástico o pasearse por el interior de un túnel de autolavado. Fàbregas plantea otros ejercicios sensoriales relacionados con el tacto o incluso el olfato convirtiendo, por ejemplo, el pasillo del Espai 13 en una especie de habitación secreta inundada por una fragancia artificial embriagadora que evoca el aroma de un coche nuevo.

Como en anteriores trabajos, la muestra refleja el interés de Fàbregas por la animación. En esta ocasión la artista no da vida a sus objetos a partir de técnicas cinematográficas, sino que se centra en la animación entendida como un principio cósmico que anima la materia, ya sea orgánica o inorgánica. Al entrar en el Espai 13, el visitante se encuentra rodeado de asientos que se contorsionan como si fueran elásticos, puertas que se dilatan y se contraen, cojines que se adhieren a la piel buscando fundirse con ella. En palabras del comisario Jordi Antas, se podría tratar “de una forma contemporánea de animismo cuyo objeto de adoración no es otro que la materialidad vibrante de un mundo acelerado. De este modo, elementos que no dudaríamos en calificar de sintéticos, industriales o hiperproducidos se presentan como una segunda naturaleza”.

Visitable hasta el 30 de Abril, Imagina que eres un bloque de mantequilla deshaciéndose forma parte de Un pie fuera. Expediciones y diásporas, el ciclo de exposiciones en el Espai 13 de la Fundació para la temporada 2016-2017. El programa propone reflexionar sobre cuestiones de pertenencia, continuidad y ruptura del modelo establecido en la escena artística de Barcelona, y pretende plasmar las relaciones y los contenidos, los razonamientos y la incertidumbre de quienes trabajan desplazados, subrayando la mirada desde la distancia. Antas ha reunido a seis artistas con propuestas independientes entre sí pero con unos intereses comunes para explorar, desde su entorno actual, situaciones especulativas desde una posición liberada. Ana García-Pineda, Nicolás Lamas, Momu & No Es, Eva Fàbregas, Adrià Julià y Martín Llavaneras presentan proyectos que oscilan entre la performatividad y la implicación del público, la ficción y lo imprevisto para recrear momentos que se vuelven históricos, futuros hipotéticos o pensamientos simbólicos que definen este distanciamiento voluntario.