Álvaro Soler-Arpa

Esculturas del fin del mundo

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  Para el artista, el miedo está detrás de las acciones negativas que hay en el mundo (huidas, enfrentamientos y necesidad de protección). El ego se encuentra en el origen de éstas y desemboca en violencia y falta de diálogo. Por último, ¿qué significa ser racional cuando se están cometiendo tantas locuras irracionales?, se pregunta.

  Lo nuevo de Soler-Arpa es una frontera (divagación) en la que el artista no sabe si se encuentra en un estado de ánimo negativo y catastrofista, o en una afilada y objetiva lucidez realista y apocalíptica. “Cuando soy catastrofista y apocalíptico casi tengo la certeza de que estoy siendo lúcido” señala.

  Para él el fin del mundo tiene una única y clara génesis, y es el ego del macho (nombre de una de las principales piezas de la exposición). Un sentimiento que en su opinión “ha existido y ha sido alimentado desde el inicio de la vida en la tierra, para alcanzar la escala planetaria y destructora que hoy en día ostenta. El ego del macho se nutre y posee un principio puramente sexual y reproductivo, y ha sido necesario para la supervivencia del hombre y de todas las especies, pero de ahí se disemina a muchas otras esferas”.

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  El punto de partida del fin del mundo radica en el ego y desmesura que se produce en el encuentro de dos machos. Ese encuentro que engloba y provoca automáticamente competencia, hace que esos dos seres de cualquier especie pierdan totalmente de vista sus entornos para ver únicamente un objetivo: derrotar a su oponente. Para conseguirlo y en esa lucha, aplastarán a las crías que haya alrededor, destrozarán las cosechas que sus pies pisen en la contienda, inventarán químicas que les hagan más fuertes, contaminarán ríos, deforestarán junglas y expoliarán los mares. La coincidencia de dos hembras puede también ser de competencia y devastador, pero suelen tener más sentido común al no padecer de egos desmesurados.

  "Me gusta la idea del artesano convirtiéndose en artista. El artesano adquiere una maestría derivada de muchas horas de trabajo manual. Ese conocimiento experto es una base. Partir de esa disciplina para aproximarte al arte da fuerza significativa al trabajo. Considero al artista como alguien explosivo e impulsivo en términos de creatividad, pero también paciente cuando se trata de dar forma a esa creatividad. Disfruto de mi trabajo de dentro hacia fuera y el dibujo es mi principal herramienta en el proceso creativo. Doy gran importancia a la intención "fisionómica" de las líneas y formas por lo que mi trabajo es mucho más cercano a lo figurativo que cualquier otro estilo. Desde mi punto de vista la anatomía y la naturaleza son magia, en el sentido completo de la palabra. La naturaleza puede hacer milagros, la medicina y tecnología no. Considero la naturaleza como mi fuente principal de inspiración lejos de lo puramente humano y los logros de la tecnología. Trabajar con huesos los últimos 7 años ha sido una manera de estar en contacto pleno con la naturaleza, de explorarla y profundizar en los conceptos de la vida, muerte y evolución".

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  Álvaro Soler-Arpa (Girona, 1974), se especializó en dibujo en la Escola d’Arts i Oficis de Olot (Girona) y en ilustración en la Escuela Llotja de Barcelona. Después de una trayectoria profesional de quince años en los ámbitos de la publicidad y del cine, dibujando “shooting boards” para directores como Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona), Alejandro González Iñárrritu (Beautiful) o J. A. Bayona (Lo imposible), en 2005 comenzó a vincular su trabajo a las artes plásticas y a realizar obras escultóricas e instalaciones. Es miembro de la Royal British Society of Sculptors, y desde 2014 embajador de Plastic Pollution Coalition, una de las ONG’s medioambientalistas más influyentes a nivel planetario, y junto a la que en Febrero de 2016 exhibió “Vida tóxica. Somos naturaleza en evolución tóxica”.

• Del 25 Octubre al 30 Noviembre
• Galería Miguel Marcos
• C. de les Jonqueres, 10
• www.miguelmarcos.com

• www.solerarpa.com